Como han vivido su boda...Vane y Marcos

La decisión.

Las referencias sobre la cocina de Alberto nos llevaron a interesarnos por su forma de entender la cocina y disfrutamos de la misma antes de casarnos, si bien, uno de los dos ya tenía en mente poner a prueba al excelente chef. Y no nos defraudó, llamándonos poderosamente la atención el excelente ambiente y compromiso que reina en el equipo de trabajo, especialmente en su personal de máxima confianza.

Con la seguridad de acertar con el que para nosotros es uno de los dos mejores cocineros de la provincia, y la tranquilidad que eso supone, nos dirigimos a Cepa 21 Restaurante, animados por el buen nombre de la bodega y a dejar que sus modernas instalaciones, junto con un entorno que entendemos como el más admirable de Valladolid, la Ribera del Duero, nos embaucase entre las cepas.

Sin embargo, quién lo hizo fue Erika. Su recibimiento, el trato amable y pausado, sin prisa alguna, dedicándonos el tiempo que necesitáramos para resolver cualquiera de las dudas que plantearemos, nos encantó. La conversación transcurrió con una visita a las instalaciones, con un Hall muy glamuroso dentro de una arquitectura sencilla y moderna, y con el máximo protagonismo al viñedo, la penetrante calma y quietud que se respira en la sala de barricas, con esa luz tenue y elegante y sobre todo, su maravillosa terraza, que sumado a entorno de los viñedos y a la luz del atardecer, pueden completar una tarde increíble y como no, terminamos hablando con Erika de pormenores, degustando un buen vino con las famosas croquetas liquidas de Alberto. Aunque creo que ya salimos muy convencidos de las posibilidades de que el equipo de AS se encargara de nuestra boda, aún Erika tuvo que tener una paciencia infinita hasta el cierre del contrato con nuestras llamadas con dudas y solicitudes, y hemos de decir que solo encontramos la máxima colaboración y la mejor de las disposiciones. Y obviamente decidimos que en manos de los mejores profesionales que eran capaces de ofrecernos un trato tan cercano, estaríamos más arropados en nuestro enlace.

 

Preparación del evento y prueba del menú.

Cobró protagonismo María, ella es la Metre del Restaurante, y podemos asegurar que domina su entorno perfectamente, con un carácter igualmente cercano pero más impulsivo y un conocimiento bárbaro sobre los vinos, la decoración de los espacios, los tiempos del evento y una ascendencia y liderazgo sobre su equipo que se podría estudiar al hablar de management.

Ella nos ayudo con la elección de la decoración del salón y las mesas, y hasta con la añada del vino, según nuestro paladar y su consejo. Pero, muy muy destacable es su dominio de los tiempos. Controlaba perfectamente que duraría cada parte y cuanto se podía o no alargar o acortar cada evento con el fin de conseguir la mejor experiencia de nuestros invitados.

María dirigió asimismo la prueba del menú sirviendo y comentando cada uno de los vinos y los platos, con la máxima elegancia. Y que explicaros de la prueba, un deleite para los sentidos. Comprobamos de nuevo la extrema calidad y frescura de los productos que cocina el que sin duda es la estrella del equipo, Alberto Soto. Se trata de alta cocina pero con productos que todos conocemos, nada que envidiar a los más afamados.

Alberto, se sentó con nosotros al terminar la comida para disipar cualquier duda respecto al festín gastronómico disfrutado, y ayudarnos en las decisiones en base a su certero criterio. Sorprende su timidez, y no le resulta cómodo el halago, pero a la vez sabe perfectamente que lo que hace lo hace muy bien, y trasmite seguridad. Fuimos repasando desde el largo cóctel hasta el postre detalle a detalle, si bien somos decididos por lo que el feeling conseguido lo hizo muy fácil. Aún así, precisamos volver a probar la guarnición del solomillo y solo encontramos facilidades en todo el equipo. Eso es atención personalizada y nos trasmitió, de nuevo, tranquilidad en saber que todo saldría bien.

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El enlace.

Resultó perfecto. Somos exigentes y estuvieron a la altura. La prueba del menú se vió reflejada el día de la boda, nada de por ser más comensales se produce merma en el punto de la carne o en la presentación de cada una de los platos. Solo podemos felicitar a Alberto y su equipo en la cocina por la extrema dedicación y profesionalidad. Varios invitados nos indicaron que era la vez que mejor habían comido en una boda.

Erika nos recibió al llegar al restaurante, donde ya hacía rato que nuestros invitados disfrutaban de un cóctel, abundante y bien servido en palabras de los invitados. Destacar especialmente las estaciones temáticas. Puedes elegir dos y nosotros nos inclinamos por la tierra con un cortador de jamón, con sus panes y tomates, y una estación de brasas, con pinchos de lechazo ya que en la cena se serviría solomillo. Hasta 16 aperitivos diferentes, algunos de ellos con una presentación espectacular.

Nosotros pasamos al interior de la bodega, que es un enclave único para el reportaje fotográfico de boda, según los lugares reseñados anteriormente y que tanto nos gustaron, y al llegar a la terraza nos esperaba María, la metre, con nuestro primer pincho y vino. No queremos olvidarnos de destacar el atento trato de los camareros que estuvieron en todo, y que nos acercaron una selección del cóctel dado que nos lo habíamos perdido en el reportaje. María domina la escena perfectamente y nos acompañó en los tiempos en cada momento, dinamizando o no la boda según nuestras indicaciones.

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El banquete y el baile tuvieron el desarrollo que queríamos con los detalles que teníamos previstos según los tiempos marcados y con un servicio excelente. En ningún momento se nos metió prisa por pasar de la cena al baile, y todo fue muy natural. Todos y cada uno de los responsables de cada parte nos expresaron sus mejores deseos y se despidieron de nosotros según finalizaban las tareas de su responsabilidad. Insisto en la cercanía que muestran, te hace sentir bien.

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Los sentimientos.

Y aunque en todo este relato los sentimientos y el feeling con Cepa 21 son el hilo conductor del mismo y de nuestra historia con vosotros, no quiero dejar pasar la oportunidad de expresar aquello que cuesta plasmar en palabras y que al mismo tiempo son recuerdos que permanecerán perennes en nuestra memoria, en este caso, en la mía. La novia. No olvidaré los  nervios, las prisas, la incertidumbre de que todo salga bien...todo eso que nos acompaña desde primera hora del día. Todo eso que se transformó en tranquilidad al llegar a Cepa 21. La primera persona que vi al llegar fue Erika y ella fue la que se encargó de trasladarme, sin palabras, discreta y en un segundo plano la sensación de que todo sería perfecto. Y así fue.

Tuve su sonrisa y tranquilidad cuando la necesite , la energía y el ímpetu de María que me hacía no tener ninguna duda de que estaría controlado hasta el más mínimo detalle, la generosidad de Alberto permitiéndome a pesar de su timidez saludar al chef y tener foto con beso de regalo... las manos mágicas de Erika que me salvaron de un vestido de novia que no terminaba de controlar.. susurros de "guapa " cada vez que Maria y Erika se cruzaban con una novia que recorría Cepa 21 con la sensación de "estar en casa " en "mi casa "...Gracias por cuidarme , por cuidarnos de una manera tan especial...

 Siempre hemos creído que la calidad de un local, negocio, etc. está relacionado a la calidad de su gerencia, así que en resumen, si a uno de los dos mejores restaurantes de Valladolid, y a un equipo sobresaliente en lo profesional, le sumas una calidez y cercanía como las que nos mostraron el equipo dirigido por Alberto, Erika y María, resulta que más allá de una relación contractual por el evento más importante de nuestra vida, has conocido a personas, amigos, que merecen mucho la pena. Estaremos siempre vinculados a este equipo, somos… #noviosC21. Gracias!!!

Marcos y Vane.