Como han vivido su boda...Sara y David #NoviosdelPostigo
¿Por qué el Palacio del Postigo?
Un mes después y echando la vista atrás…tenemos mucho que escribir para responder una pregunta así y… lo vamos a hacer, pero mejor, primero haremos un resumen:
Teníamos claro qué tipo de boda queríamos, buscábamos salirnos un poco de lo “convencional” y el Palacio del Postigo reunía todos los requisitos. Un SITIO DIFERENTE y CON MUCHO, MUCHO ENCANTO. Justo lo que estábamos buscando.
Lo primero que llama la atención del Palacio, en la primera visita que realizas, son las personas que te atienden. Erika y Alberto nos transmitieron una confianza y profesionalidad desde el minuto uno, que no habíamos tenido en otros tantos sitios que llevábamos vistos. A todo aquello cuanto preguntábamos o proponíamos, sólo obteníamos facilidades y consejos en sus respuestas. Cuando terminamos esa visita, nos fuimos con la sensación de que eligiéndoles a ellos nuestro día sería tal y como lo queríamos.
Y así fue el transcurso de la preparación de la boda. Todo facilidades, seriedad y profesionalidad. Y qué decir del día en cuestión, IMPECABLE, ESPECTACULAR, MATRÍCULA DE HONOR.
Desde nuestra humilde opinión, sólo podemos aconsejar a todas aquellas parejas que busquen un sitio para su boda, que al menos, vayan y conozcan el Palacio. Por verlo no se pierde nada y, no sólo no perderán, sino que estamos seguros que el Palacio entrará en sus opciones.
Pero tenemos más que contar:
Necesitábamos que el lugar elegido cumpliera dos requisitos:
1) Poder hacer la ceremonia oficial en el mismo lugar del banquete.
2) Que tuviera accesos y facilidades para sillas de ruedas.
Cubiertas estas necesidades, el Palacio sumó muchos puntos. Y podemos decir, que el resto de puntos los consiguieron Érika y Alberto. Como hemos dicho antes, la profesionalidad que transmiten y, sobre todo, con la que efectivamente trabajan, cuesta transmitirla con palabras. Hay que trabajar con ellos para comprobar lo buenos que son. Y la implicación que tienen con cualquier problema/inconveniente que surja, se sale de la realidad. Y tenemos buenas razones por la que aseguramos esto:
Érika, desde el primer momento que vimos aquella bodega del Palacio del Postigo que nos enamoró, y por lo que la escogimos para hacer la ceremonia, te trasladamos el problema de bajar al abuelillo en silla de ruedas. Ese inconveniente se antojaba más que complicado, realmente era tan peligroso que se convirtió en imposible. Pero captaste la importancia que tenía para nosotros que aquella persona no se perdiera la ceremonia y todas las alternativas que estuvimos buscando y probando, las tomaste como si fueran personales y trabajaste junto a nosotros como si de tu abuelo se tratara. Esa implicación, trabajo y horas que gastaste no tienen precio, y las GRACIAS se nos quedan cortas. Estamos seguros que esto sólo ha sido posible en el Palacio del Postigo.
Y si durante los preparativos se implican y trabajan tanto, el día de la boda, el EQUIPO al completo funciona a la PERFECCIÓN. La atención a los invitados, la amabilidad y el servicio que prestan es excelente. Y esto no sólo lo decimos los novios, trasladamos lo que nos han comentado los invitados, han quedado encantados con todos vosotros y muchos de ellos nos han pedido que os diéramos la enhorabuena. Así que, que sirva esta mención para ello.
Y si hablamos de Alberto y su menú… La elección del cóctel fue una tarea complicadísima, ¿cómo escoger una de las opciones y dejar otra igual de rica y espectacular?
¿Y qué decir de la comida? Materia de primera calidad con una presentación de exposición y un sabor increíble.
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No ha habido invitado que no nos haya felicitado por lo rica que estaba la comida, el perfecto punto de la carne individualizado, la explosión de sabores del entrante, el mimo y cuidado de los montajes de los platos, etc.
Tanto Érika como Alberto nos insistieron en facilitar una lista de invitados con alergias, para preparar un plato similar al que no podían comer, porque como nos dijo el chef: “ya tienen suficiente con ser alérgicos como para castigarles poniéndoles un plato de embutido”, un detallazo Alberto, eres un cocinero como la copa de un pino.
El momento del baile lo temíamos un poco, no porque no hubiéramos ensayado el vals, ¡que también!, sino porque cuando vimos el suelo nos pareció un poco complicado de combinar con tacones. Pero cuando llegó el momento no hubo ningún problema, y eso que no había invitado que no fuese bailongo. Y si entre baile y baile recargabas energías con unas gominolas o frutitas… el éxito estaba asegurado.
Así que claro, con todo esto, el resultado final es UN DÍA PERFECTO e INIGUALABLE.
DE TODO CORAZÓN, ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!
¿Repetimos? ;D
Sara y David #NoviosdelPostigo