Cata literaria Hito tinto (parte 1)

HITO tinto de Bodegas Cepa 21Tapa: Magdalena y Cigarrito de Morcilla  'Apenas he tenido tiempo para dejar la maleta en la que fue mi habitación durante muchos años, en casa de mis padres.Llego algo tocado del vuelo, no se si es Jet Lag o que me han sentado mal los cuatro “gintonics” que me he apretado para tratar de adormecer al bichito que se nutre de mi miedo a volar.Doce horas de vuelo son muchas horas, las necesarias para cubrir la distancia que separa la necesidad del deseo.Deseo de volver con los míos, a mi tierra, de abrazar a mis padres, de respirar el humo que emana de los hachones de los cofrades que caminan descalzos por la calle Angustias, acompañando a la virgen al compás de tambores y cornetas.Necesidad, la que me llevó a buscarme el cocido en una aséptica fábrica de una aséptica ciudad, de un aséptico país que nada tiene que ver con el mío.Ha sido muy duro, pero todo cambia al levantar la vista y encontrarme con la impresionante fachada de Santa María de la Antigua.Apenas una semana para empaparme de mi esencia y recargar baterías.Para escuchar la lengua de Delibes en boca de mis paisanos y deleitarme con lo sencillo de las palabras.Apenas una semana para pasear por la plaza mayor, por la calle Santiago, por el Campo Grande, reconociendo rostros familiares, de aquí, de toda la vida, de la vida que he tenido que dejar atrás, aunque un arsenal de recuerdos de esa vida se vinieron conmigo en el equipaje de mano, sin facturar, sin declararlos ante el agente de aduanas.La catedral, iluminada, siguiendo la corriente de un río de luz que me arrastra por las calles del centro.A través de los cristales puedo ver a mis amigos.Ya están todos dentro de la Malauva, esperándome, charlando con una copa de vino en la mano.Me demoro aún un par de minutos antes de entrar, disfrutando de lo agradable que es ver lo que me aguarda dentro del local.Hace casi dos años que dejé Valladolid, parece que fue ayer, aunque en Canadá, cada día acostumbra a  tener treinta o cuarenta horas.Aquí el tiempo corre veloz.No quiero perder un ni segundo más.Los abrazos son un bálsamo perfecto para un corazón cansado.Alguien me acerca una copa de Hito, madre mía… como he echado de menos chatear con los amigos.El primer trago de Ribera del Duero me confirma lo único que ahora importa: ya estoy en casa.'  Juan Pizarro

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